Carlos Bueno

Carlos Bueno


Jesús Enrique Colombo salió a hombros en la tercera del abono algemesinense tras mostrar una facilidad y seguridad asombrosas, mientras que la disposición de Jorge Isiegas quedó manchada por proferir un grave insulto al presidente. Juan Pedro Domecq lidió una novillada ayuna de casta.
 
 
 

Durante la lidia Isiegas recriminó en varias ocasiones las decisiones del presidente. MOISÉS CASTELL


A Jorge Isiegas hay que agradecerle su esfuerzo por torear con los puntos de una doble cornada sufrida sólo tres días antes y recriminarle su falta de educación. El novillero maño había protagonizado una faena de largo metraje y escaso contenido que nunca tuvo eco en los tendidos hasta que mató de forma rápida, que no bien. Estocada delantera y desprendida que, ante su eficacia, despertó la petición de oreja de parte del respetable, aunque el presidente del festejo no la concedió. Isiegas, visiblemente airado, no cesó de echar miradas desafiantes al palco pidiendo explicaciones, y hasta dio dos vueltas al ruedo, la segunda por su cuenta. 
Pero lo peor llegó lidiando al que cerraba festejo, un animal manso que no dio la mínima opción de lucimiento al novillero de Zaragoza, que cada vez más contrariado siguió con su actitud recriminatoria al presidente hasta que al rematar una de las tandas se atrevió a insultar gravemente al usía y a mostrar con sus irreverentes gestos su desproporcionado enfado.
Fue la parte polémica de una tarde que estuvo marcada por el escaso juego de los novillos de Juan Pedro Domecq. El de la trifulca fue un animal con las fuerzas bajo mínimos y la cara por las nubes que no se empleó lo más mínimo y que marcó desde el principio su querencia a tablas, como había hecho el hermano que le precedió, que sólo duró una tanda antes de cantar la gallina. Soso, tardo y de escaso recorrido el segundo, y manejable resultó el primero. 
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Jesús Enrique Colombo en su segundo de la tarde. MOISÉS CASTELL


A éste le cortó las dos orejas un pletórico Jesús Enrique Colombo. Muy posiblemente fue un premio excesivo, pero la verdad es que el venezolano se mostró como un torero hecho, sobrado de oficio y de seguridad en todo momento. Especialmente sorprendente fue su parsimonia, tranquilidad, quietud y facilidad para manejar el capote con temple, compás y variedad. Clavó banderillas con vistosidad y ortodoxia, mejor colocadas las que clavó a su primero, y con la muleta en la mano volvió a ser un torero reposado y clarividente.
Faena pulcra y suave por ambos pitones la que llevó a cabo frente a ese primero, al que le faltó transmisión y al que remató de excelente estocada, lo que determinó la doble concesión de trofeos. Aunque salió muy motivado ante el segundo de su lote, el animal duró tan poco que no le dio opción a redondear la tarde. 
Ficha del festejo:
25 de septiembre. 3ª de Feria de Algemesí. Casi lleno. Cuatro novillos de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y descastados en general. El 1º resultó manejable.
Jesús Enrique Colombo: dos orejas y vuelta al ruedo.
Jorge Isiegas, que sustituía a Adrien Salenc: dos vueltas al ruedo tras petición y vuelta al ruedo por su cuenta.
Artículo publicado en burladero.tv