Mentxu García
Las cojeras son una causa diaria de consulta en el centro veterinario. Primero deberemos localizar el origen exacto del problema, a veces un tanto complejo, no olvidemos que los veterinarios nos enfrentamos a pacientes que no hablan y a veces nos desorientan al realizar una exploración minuciosa. Las cojeras pueden ser tanto las traseras como las delanteras, de curso agudo (de horas o días), o crónicas (semanas o años), así como por problemas congénitos (nacen con el paciente) o adquiridos (a lo largo de su vida).
En el crecimiento de las razas de mayor tamaño deberemos valorar la existencia de una patología a considerar:– La displasia de cadera (anomalía de la articulación coxofemoral): en función de su grado se instaurará el adecuado tratamiento lo antes posible.
– La necrosis avascular de la cabeza del fémur (destrucción progresiva del hueso de la cabeza del fémur): en razas de menor tamaño normalmente.
– Luxación rotuliana (desplazamiento de la rótula de su posición fisiológica y natural): también más en razas pequeñas.
– Otras patologías diagnósticas serían: luxación de cadera, rotura ligamento cruzado anterior de la rodilla, rotura ligamento de la rótula, fracturas, infecciones óseas… todas ellas igualmente diagnósticas en traumatología humana. También son considerables los problemas neurológicos, por compresión medular, lesión del nervio ciático o pinzamientos hernias discales. Siempre se debe realizar un diagnóstico preciso con las pruebas y aparatos necesarios: radiografías, ecografías y resonancias, e instaurar el tratamiento específico en cada caso, sea medicamentoso o quirúrgico. En nuestro centro se diagnostican todas estas patologías con gran precisión y total seguimiento posterior.
