La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que la presión bajista de la distribución, unida a la falta de calor de Europa, amenazan la campaña.
El cultivo de la sandía en la Comunitat Valenciana, que hasta hace bien poco era uno de los referentes de su horticultura, se encuentra en el serio trance de perder ese protagonismo hasta el punto de correr el riesgo de verse reducido a una presencia poco más que testimonial dentro del panorama agrario valenciano, según denuncia la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) tras analizar las datos oficiales del Ministerio de Agricultura sobre la evolución experimentada por la superficie dedicada a la sandía. El hundimiento de las cotizaciones que están viviendo estas días los productores de esta fruta contribuye a reafirmar esa impresión pesimista acerca de su futuro en tierras valencianas.
En primer lugar, y de acuerdo con las cifras al respecto que maneja el Ministerio, hay que subrayar que entre los años 2009 y 2015 las hectáreas destinadas al referido cultivo en la Comunitat Valenciana sufrieron un severo descenso de casi un 30% al pasar de un total de 1.043 a sólo 743. El año pasado, según las propias estimaciones de esta organización agraria, se produjo un ligero repunte que situó la superficie de sandía en torno a 1.000 hectáreas, pero este año el terreno destinado a esta fruta tan característica del verano ha vuelto a descender de manera muy acusada y apenas alcanzará las 500 hectáreas.
Las causas de esta recesión hay que buscarlas una vez más en una continua falta de rentabilidad motivada por las presiones bajistas en materia de precios que viene ejerciendo de manera implacable la gran distribución, así como en la competencia que ejercen otras regiones de España de producción más precoz, como Andalucía y Murcia, y donde las áreas dedicadas a este cultivo sí se han mantenido en los últimos años.
En cuanto al desarrollo de la actual temporada vuelve a repetirse, para desgracia de los productores valencianos, una situación muy similar a la de ejercicios anteriores. Este año la campaña arrancó a finales de mayo con precios atractivos de entre 0,35 y 0,40 céntimos de euro por kilo para las cosechas más precoces de Andalucía y, algo después, de Murcia. Sin embargo, la coyuntura ha cambiado radicalmente en estas fechas coincidiendo con la entrada en el mercado de las producciones de sandía valenciana. Ahora mismo, las cotizaciones a pie de campo que ofrecen a los productores oscilan entre los 0,10 y los 0,15 céntimos por kilo, un precio que bordea el ridículo si se tiene en cuenta que el coste que conlleva cultivar ese mismo kilo difícilmente baja de los 0,17 céntimos.
Algunas de las grandes cadenas de distribución ya han comenzado a presentar ofertas de venta al público de 0,29 céntimos el kilo. La bajada de las temperaturas en los principales países europeos ha retraído la demanda y tal circunstancia sirve también como pretexto ideal a las grandes cadenas de compra para negociar a la baja, de tal manera que la rentabilidad de la campaña valenciana de sandía se encuentra seriamente amenazada en estos momentos.
«El arranque del verano está resultando desolador para el campo valenciano -lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado-. Al desastre de la cebolla y la patata, con cosechas destruidas por los propios agricultores ante la falta de precio, hay que sumar ahora los problemas que comprometen la viabilidad de la sandía. La paulatina pérdida de superficie durante los últimos años que viene registro un cultivo que ha sido un emblema de nuestra horticultura constituye un aviso para navegantes acerca del futuro que espera al sector agrario si los políticos que nos gobiernan, en la Comunitat Valenciana, en Madrid y en Bruselas, no aprueban medidas como un ley europea de cadena alimentaria o un seguro que rentas que contribuyan a frenar esta sangría».