Marco Polope y Emilio García Torres triunfan en su debut con picadores ante una excelente novillada de Lagunajanda, con dos ejemplares de nota de los que sobresalió “Ojaranzo”.

Carlos Bueno.-  Gran novillada de Lagunajanda. Los dos primeros ejemplares de hechuras perfectas, más vareado el tercero y más rematado el cuarto, un tacazo que recibió una buena dosis de castigo en el caballo. Tuvo fijeza, prontitud y recorrido el primero, que embistió empleándose por abajo. Lo mismo pero con un puntito más de conexión el segundo, que peleó bien en varas y mereció la vuelta al ruedo. Fue bueno el tercero que, sin llegar a las cotas de clase y entrega de sus anteriores hermanos, embistió de forma incansable. El último salió con pies y rematando por abajo en los burladeros, pero en el último tercio se paró, seguramente acusando el fuerte daño que le infringió el piquero. Sin duda, una gran novillada de Lagunajanda.

Y si buena fue la ganadería, buenos fueron los toreros que tuvieron la suerte de anunciarse para lidiarla. Conviene explicar que las orejas en Algemesí tienen muy diferente valor según quien ocupe el palco, y cada tarde de feria le corresponde el turno a una persona distinta. En este caso le tocaba al concejal generoso de pañuelo fácil. Pero lo abultado del botín de apéndices no resta ni un ápice de importancia a lo que realizaron sobre la arena los dos toreros, dos novilleros que debutaban con picadores y que mostraron tanta ambición y compromiso como torería y seguridad en una fecha de responsabilidad y lógicos nervios.

Marco Polope señaló que lo suyo era la verticalidad y el toreo a pies juntos desde el primer quite por tafalleras que realizó. Con la franela, su faena estuvo presidida por la delicadez, la tranquilidad, la suavidad, la fineza, sin ningún tirón ni atisbo de violencia, la ligazón sin enmienda y una autoridad impropia en alguien que justo inicia su camino en el escalafón con caballos. Una estocada delantera y varios intentos de descabello le privaron del doble trofeo.

Sí que los consiguió del segundo de su lote, frente al que inició su labor toreando en redondo de rodillas y, también de rodillas, la cerró por manoletinas. Entre una cosa y otra, toreo bueno, de llevar enganchado en la muleta al novillo para conducirlo largo y siempre muy templado. A este lo mató de una estocada contraria fulminante.

Otras dos orejas había cortado Emilio García Torres del excelente segundo gracias a un trasteo limpio y elegante, sobre todo por el pitón derecho, por donde firmó muletazos profundos y exigentes en tandas largas, siempre con empaque y mando. La estocada cayó desprendida.

Lo del cuarto fue cosa de empeño, no de lucimiento. No se cansó de intentarlo el de Pozuelo de Alarcón a pesar de que el animal se paró de inmediato. Porfió con él por uno y otro pitón, en la media y en la corta distancia, con suavidad y con energía, pero el de Lagunajanda no podía embestir. ¿La oreja? Debió ser premio a su buena voluntad.

Ficha del festejo:

Algemesí, 21 de septiembre de 2025. 2ª de feria. Lleno. Novillos de Lagunajanda de excelente juego, sobresaliendo el 2º de nombre “Ojaranzo”. El 4º resultó deslucido.

Marco Polope (debutaba con picadores): oreja y dos orejas.

Emilio García Torres (debutaba con picadores): dos orejas y oreja.

Cuadrillas: Se desmonteró Raúl Martí tras banderillear al primero.