Ya pasó el octogésimo aniversario de la proclamación de la segunda república con la añoranza revivida en el balcón de algunos ayuntamientos, donde volvió a ondear la bandera tricolor que hoy en día es anticonstitucional. Los republicanos de nuevo cuño; progresistas ellos, aunque sus aspiraciones se remonten casi un siglo atrás; se sorprenden por el malestar que ha causado su reivindicación de un pasado que sólo volverá si la inmensa mayoría de los españoles, y  de los partidos políticos que los representan, así lo deciden.
También dentro de poco algunos afortunados cobrarán la paga extra de julio, dádiva que el dictador Franco se sacó de la manga para celebrar el día del alzamiento militar que provocó la Guerra Civil española. Entendemos el malestar de los republicanos de nuevo cuño y su deseo de rechazar esa paga por la sombra fascista que la cubre. También comprenderíamos que el 18 de julio pretendieran asaltar con fuego los balcones de los ayuntamientos sí algún alcalde irresponsable plantara allí la bandera con el águila de San Juan.
Sí, podríamos disculpar a todos los que izan banderas anticonstitucionales y a todos aquellos que se indignan por ello, pero eso no quita que la justicia actúe y que cada uno reciba la sanción correspondiente. Y por supuesto, el uso de la violencia de unos y otros jamás se debería justificar por mucha razón que crean tener. ¡Faltaría menos!
J.A. – Algemesí