Algunos afirman que todo es opinable y que no hay verdades absolutas, pues cada uno puede tener la suya y, al mismo tiempo y de forma asombrosa, todos tener la parte entera de razón.Pues bien, tras veinticinco años dedicados a la educación, uno desea dar también su opinión y hacer pública su verdad. Una verdad que debe ser tan respetable como cualquier otra, pues, si hacemos caso a los nuevos “progresistas”, ninguna de ellas debe prevalecer sobre las demás. Por eso afirmo que hay que eliminar del currículo de Primaria el área de matemáticas, pues nuestros niños pueden acudir por las tardes a unas academias que imparten nuevos métodos mucho más eficaces. Y lo mismo se puede decir de las áreas de la lengua española, de la autóctona o de la extranjera. Ya existen talleres de lectura, de teatro, de escritura y demás en bibliotecas y librerías. Y ni te digo de las incontables academias de idiomas que existen en todo pueblo o ciudad. ¿Y qué podemos decir del área artística? Aquí en Valencia toda Sociedad Musical que se precie dispone de una excelente escuela musical donde acuden miles de músicos en potencia. Y también el área de educación física puede desaparecer del currículo sin problema alguno. Hoy en día existen clubs de cualquier deporte que cuidan y potencian la cantera con mimo y esfuerzo sin igual.
Pero bien, tras unos meses dedicados a ser candidatos a la presidencia del gobierno, unos políticos autoproclamados “progresistas” se atreven a afirmar que el área de religión sobra del currículo escolar, pues los niños ya pueden ir a la catequesis de la parroquia de su barrio.
Pues como mi verdad vale lo mismo que la suya, hagamos lo uno y lo otro… o ni lo uno ni lo otro. ¿No les parece?
J.A. – Algemesí