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jesús asensi

Jesús Asensi


 
 
Ninguneo navideño
 
 
Nuestro pueblo está de enhorabuena, pues el progresismo de la nueva política nos contagia ya su añoranza por un arcaico pasado. El “felices fiestas” va calando poco a poco en la ciudadanía y el desconcierto vacía nuestro pobre corazón. Aunque algunos aún no se explican cómo es posible que una fiesta de cumpleaños sea feliz si se ignora al celebrante, a sus padres, a la mula, al buey y hasta a los pastores que fueron testigos de su nacimiento.
Pero no hay que alterarse lo más mínimo, pues los progresistas de nuevo cuño tienen respuesta para todo. Eso sí, una vez más han tenido que desandar lo andado y retrotraerse a épocas paganas antiquísimas, cuando se celebraba el solsticio de invierno y el nacimiento del sol. Y pese a todo, aún hay desagradecidos que no valoran el esfuerzo que les supone esa regresión en las tradiciones populares. Y ahí han estado, desafiando al progreso, esas balconeras del Niño Jesús adornando las calles, esos comercios con Nacimientos en sus escaparates y villancicos como hilo musical constante. Ahí ha estado un año más el Festival benéfico “A Betlem anem”, organizado por el Coro de los Maristas. Y el Belén de la Asociación de Antiguos Alumnos Maristas que ilumina y armoniza nuestra Plaza Mayor, o la puerta de nuestra Basílica Menor de San Jaime, abierta de par en par para que los Reyes Magos puedan entrar al finalizar la cabalgata; que más bien parece ya un pasacalle carnavalesco; a adorar al Niño Dios. ¿Qué sería de la Navidad en Algemesí sin estas iniciativas particulares piadosas cada vez más escasas? ¿Una ciudad más progresista y más respetuosa con las personas de otras creencias religiosas o acaso incrédulas?
Nuestros gobernantes han de saber dónde están y en qué pueblo han nacido. Por eso es injustificable que se utilice el boletín informativo Berca para discriminar a buena parte de sus conciudadanos; que sí celebramos el nacimiento del Niño Jesús; con unas felicitaciones descafeinadas y ajenas a nuestro pensar y vivir.
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sicto ferrero la veu d'algemesí periòdic independent periodico

Sixto Ferrero


 
 
Festes lliures
 
 
Fa un temps, buscant informació sobre les saturnals romanes llegia que en un moment de puixança de l’església cristiana, es va tractar d’adaptar aquell ritus llibertari, a la seua versió de la humanitat. Sembla que no hi va haver manera de parar aquella festa desmesurada al voltant del naixement del sol, fins que va arribar un emperador, un còmplice necessari com Constantí, per acabar adaptant el dia del Sol Invictus, un festa amb aproximadament 700 d’història, en el dia del naixement de Jesucrist. I així ha estat durant 1.800 anys, aproximadament, sense poder discrepar ni apostatar.
Ara diuen que està de moda entre la progressia refusar el Nadal. A mi m’agrada. I en la celebració li done el sentit que vull. Es tracta de poder dir: Bones festes i bon any, si la versió dels fets imposada no te la creus. Però, com que al poble ens hem quedat sense un Constantí, als feligresos més pietosos els molesta que l’ajuntament es mantinga neutre amb la celebració. Allò de la separació de poders mai els ha acabat de convèncer. Volen que l’autoritat democràtica s’agenolle davant el dogma redemptor i veuen atacs al seu credo per tot arreu: en la felicitació, en un arbre decorat, en la cavalcada o en les llums nadalenques. Però no era el cristianisme molt més tolerant i democràtic que l’islamisme més radical?
Si el Nadal té puixança social, és justament per la recuperació democràtica de llibertat. Per celebrar-lo com a u li vinga de gust, sigues pobre, ric o esclau, talment, com aquelles saturnals que el cristianisme, com amb tots els solsticis, s’encarregà de sotmetre.
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